El futuro en casa, natural y cómodo, es la tendencia.
Sin duda la tecnología ha impactado en nuestros hábitos sociales, económicos, políticos, el sector inmobiliario no podía quedar ajeno a la tendencia, las inmobiliarias tuvieron su evolución hacia modelos de control, con dispositivos de la mano de la Domótica, con el objetivo de mayor seguridad, mejores materiales de construcción y mejorar las condiciones frente a accidentes domésticos, sobre todo en donde hay niños.
Si se suma los recientes años en los que la creatividad y nuevas formas de modelos de negocio han proliferado para sostener el mercado, la experiencia ha dejado saldos positivos.
En principio, tendencia mundial es la exigencia de desarrollos constructivos que tengan en cuenta la sostenibilidad, y ello ha sido posible desde las acciones de las inmobiliarias que apostaron a la inversión de la construcción de nuevos emprendimientos, en los años pasados, con materiales de construcción accesibles y modelos de financiamiento que se acomodaron a las propuestas por el cliente.
El contexto de negociación a pesar de que se esperaba el cambio de paradigma sobre la adquisición del dólar, era mejor en tanto el parte del poder de negociación era contar con la moneda extranjera.
Esa posibilidad se ha abierto para todos, por lo que el diseño de nuevas formas de negociación se basa en otros aspectos, siempre de la mano de inmobiliarias de vanguardia, un paso adelante, con propuestas que beneficios para todas las partes.
Las prioridades y hábitos en la búsqueda de inmuebles han cambiado, mientras se daba el proceso de la crisis, en principio la búsqueda de un ambiente saneado, mejor calidad de vida, ha puesto en auge emprendimientos en la zona sur, con una propuesta integradora, de la mano de las exigencias del cliente.
Los nuevos inversores, jóvenes con profesiones de alto perfil en varios campos, económicos, políticos, con empuje de emprendedores, habituados a los cambios de las épocas y con el estímulo de la tecnología a disposición, buscan para la vida doméstica un ambiente propicio, sin las preocupaciones de la generación no nativa tecnológica.
Para esta generación el valor de la conexión, de la mano del deporte es uno de los factores determinante.
Ambas combinaciones son las que se encuentran en el desarrollo de zona sur, con barrios residenciales con club propio incluido, deportes poco usuales como equitación a las que se les suma canchas y piscina infaltables.
No sólo vivimos una era de conciencia ecológica, sino también de interés por la salud.
Parte del diseño de una calidad de vida mejor es combinar el tiempo del trabajo con la dispersión, ya que se usan los mismos dispositivos, computadoras, tablets, celulares; por lo que se impone atención al cuerpo, entorno natural, ambiente saneado.
En relación a estas necesidades, el planteo arquitectónico y el contexto residencial ha variado en relación a las tradicionales residencias, donde no había espacio de trabajo ni entretenimientos que invadieran las habitaciones, salvo por la presencia del televisor.
El uso de las redes, ha cambiado las formas de diseñar los espacios, no sólo por entretenimiento, sino por servicios, la planificación de los espacios familiares, conectador con algún tipo de servicio incluye hasta el baño, donde se incluyen dispositivos de lectura para sostener viejos hábitos de lectura en el baño, combinadas con mejores dispositivos.
Cada vez más tecnificados, los nuevos emprendimientos han modificado las propuesta de inmobiliarias desarrolladoras que ofrecen la oportunidad de intervenir en el diseño del espacio propios, nos comentan desde la Inmobiliaria Mazzei, que comercializa barrios privados en la zona sur, además de ser una empresa desarrolladora, vanguardista en los nuevos hábitos que impactan en el mercado inmobiliario.
Cartón resistente, una idea de un diseñador chino que promete ingresar en el mercado de decoración de interiores, industria del mueble y otras opciones.
La burbuja inmobiliaria provoca efectos secundarios, cualquiera con una propiedad arma un sitio para atendión turística sin tener la menor idea de cómo se lleva adelante un servicio de hotel.